Y vuelve la maldición, vuelven los miedos. Todo lo que has construido durante el día se derrumba como un castillo de naipes delante de un soplido, cuando la noche cae.
Al llegar la oscuridad, llegan los recuerdos, llega la esclavitud a los recuerdos. Tinieblas y demonios.
No importa lo feliz que haya sido durante el día, porque la noche me dará su bofetada. Espero sentado, mientras cuento las horas a que vuelva la claridad. El sol, mi Dios; La luna, mi demonio.
Me siento una especie de licántropo, me transformo al ver la luna. Me convierto en un polvo de lágrimas que nunca caen.
Cuando cae la noche, cuando no hay nadie por las calles, entonces las almas de los románticos abatidos en guerra, se pasean. Esperando a que el primer rayo de sol entre por la ventana, así -solo así- vuelven a vivir.