jueves, 28 de agosto de 2014

Recordando que me recuerdo...

Siento no poder quedarme, pero me voy. Juro que he intentado quedarme, pero no puedo. Y no me marcho por nada en especial, solo es porque necesito recordarme. ¡Qué más quisiera yo...!

Perdí el camino, y me perdí a mí mismo. Ya es hora de descansar; me cansé de dar vueltas. Siento que sea este la hora de buscar otro camino.

Y que nadie entristezca, porque prometo estar bien. Alégrate por mí si es verdad cuando dices que quieres lo mejor para mí. Sécate las lágrimas y saca una sonrisa.
No pienso dejar nada, al alba habré desaparecido. Como solía hacer. Voy a retomarme. Sin dejar rastro, las despedidas no me gustan.

Qué no daría yo por un final distinto. Uno de película, de esos que siempre todo acaba bien. Pero este no es mi lugar, ni mi momento.
Siento tener que marcharme, pero lo hago.

lunes, 18 de agosto de 2014

Naciendo con un smartphone bajo el brazo...

Partimos de la base que la tecnología siempre es (y será) buena, si se usa para hacer el bien; para un mejor mundo.
Nacer con un teléfono móvil bajo el brazo debería ser positivo. Como mínimo el crío no saldrá analfabeto.

Pero como ya he dicho, la tecnología debe de usarse con moderación y conciencia. Por lo contrario todos estos niños saldrán imbéciles y estúpidos en un futuro.
No pretendo dar clases morales ni lecciones éticas a nadie. Seamos objetivos, a nadie le beneficia tener una promoción futura de ineptos.

Y ya empiezo a cansarme de todos los niñatos que traen aires de grandeza por tener el último smartphone del mercado.
Quizás sería mejor darle un libro. Aunque eso ya es cada cual quiera educar a sus hijos.

Bienvenidos a la nueva era de los mayores gilipollas, que lo único que van a saber será descargar aplicaciones para aprender a limpiarse el culo con el papel higiénico...

Lo más popular: