lunes, 30 de mayo de 2016

Ya no lo hace...

Ya no duerme para no tener que despertar de la eterna pesadilla. Ya no cree en el Sol —dice que no volverá a salir para ella—, por las noches se corta las venas de raíz y de la herida le sale lágrimas reprimidas.

Cada vez que duerme debe saltar del piso más alto; es la única forma de desvelarse. Se encuentra en un estado de cera permanente, con los ojos abiertos.
Alejándose de la melancolía. Ya no quiere más melancolía, ya no quiere estancarse en la rutina.

Ya no acepta, de la vida, el dolor ni la felicidad.
Inifinita, tú lo eres.

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