Pintor, fíjate en mis cicatrices —perfectas imperfecciones— que se vierten sobre mi lánguida piel. Muerta caballera resbaladiza, como las cenizas de un olvidado.
Retrata la tan fríbola artrosis que corroe mis falanges y no hace más que inspirar el deseo de tu lienzo. Compara los poros con la carne del fruto anaranjado.
Roza la burda vista con un objetivo caduco. Imagina que soy la cámara que sujetó aquel patoso. Desnúdame, enseña al mundo mi atómico ser.
Deja la huella del cubismo si quieres,
Me gusta tu filosofia Aqui en los blogs las creamos y hacemos todos juntos un placer de palabras
ResponderEliminarGracias por tu bello comentario
Gracias por tu formidable y corto texto
Fantástico nido de metáforas que envuelven de belleza tu texto y tú expresión.
ResponderEliminarSaludos Antony, magnífico blog!!
No se puede ser más elegante. Un gustazo leerte Antony.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
Una naranja que habla.
ResponderEliminarDebe ser de mi mundo.
Feliz 2017.
Quisiera a veces ser presa de esas intensidades... un cariño para ti :*
ResponderEliminarUn texto excelente, sugerente e intenso.
ResponderEliminarAbrazo!
Maravillosa oda a esas cicatrices… Un placer.
ResponderEliminarBsoss y feliz año que nos comienza.
Siempre con esa expresión tan íntima y personal.
ResponderEliminarUn saludo, Antony.
Esto sí que es un buen comienzo de año.
ResponderEliminarNo hay cicatrices, solo huellas de vida marcadas en la piel...
ResponderEliminarUn cálido abrazo Antony
Un texto muy personal, si es autobiográfico, más.
ResponderEliminarUn abrazo, Antony.