Paseando por el camino de color escalofrío; a un lado cipreses, al otro un profeta:
- Las ramas acarician un inerte cuello y una mirada desviada. El lenguaje visual ha creado tal belleza, que la composición aguanta sus trazos áureos.
- Del profeta nacen unas canciones que crujen entre sí, saboreando el derrumbamiento de once columnas —ya no hay templo sagrado que se aguante—.
Bendita sea la ciencia,
cuando pisa la arena del mar.
La observación de la naturaleza crea en nosotros estos magníficos desvaríos.
ResponderEliminarBesitos de color admiración
Bendita sea.
ResponderEliminarSaludos.
Mucha belleza , y mucho mal nacido que pretende cargarse lo más valioso que tenemos; bonita la imagen. Y bendita y sabia la ciencia, sí señor.
ResponderEliminarSalud.
Las ramas, las nubes, los claroscuros... y una imaginación potente producen hermosos milagros.
ResponderEliminarRespondo a tu pregunta, soy de Barcelona.
la natura y el observador de ella es hallazgo seguro ;)
ResponderEliminarbuena semana
La belleza nos rodea, esa que nos proporciona la madre naturaleza y que, muchos… se empeñan en demoler…
ResponderEliminarBendita la ciencia, la vida… que se levanta y se abre camino…
Un abrazo, Antoni.
Muy bueno tu texto Antoni, vengo a agradecer el comentario que me dejaste,y me encuentro con un espacio que me invita a quedarme. Un saludo!
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