En mitad de la noche, encendieron una hoguera de pieles secas y raíces muertas. Bendito barro mojado. Alrededor de las ascuas bailaron los olvidados y los que tienen agujeros en el pecho. El fuego corta el óxido y el aire quema las lluvias.
Festejan que no les pudieron hacer callar.
Ese mismo día, con palos y piedras, defendieron sus tierras. No les pudieron conquistar, prefirieron escupir barro y sangre; pero no les robaron la patria. En el cajón del dolor, aún guardan, con celoso cuidado, once penas, de color gris todas ellas.
Festejan que no les mataron a Dios.
Supieron luchar por lo suyo y lo celebraron.Besicos
ResponderEliminarQué belleza de texto! Con fuerza y emoción... Un abrazo!
ResponderEliminar