Hay hermanos, amigos que son como hermanos y primos hermanos. Pues yo quiero y tengo la necesidad de hablaros de un primo hermano -más hermano que primo-. Desde siempre hemos estado juntos, nunca nos hemos separado –juntos en los mejores y peores momentos-.
Crecimos juntos, vivimos la vida del mismo modo, vemos girar el mundo de forma distinta, pensamos diferente, sabemos lo que pensamos con una mirada o un gesto. Sé que nunca me va a fallar.
Todo el mundo se confundía con nosotros, creían que éramos hermanos y además gemelos (no sé de dónde sacaron que somos físicamente iguales). Si me pidiera cualquier cosa, yo estaré siempre hay para ayudarle y darle todo.
Hemos hecho todas las travesuras que hemos podido hacer, reído, enfadado, ayudado, picado, pegado, insultado, etc. Pero es que somos así, es lo que nos hace especiales. Pero desde luego, me quedo con los mejores momentos.
No tengo hermanos –soy hijo único-, pero tampoco me hace falta, porque teniendo a primos así no hace falta hermanos. Él es la persona que más quiero en la vida. Si me dicen que vuelva a vivir una vida sin él, no la vivo. Él es Juan Romero Martínez, mi mejor primo... Siempre y para siempre.