Como civilización antigua, viven en un mundo muerto; donde los cadáveres golpearán la tierra con la tierra que les hunde. De allí vuelven a sentir la miel que desprende el arroyo del olvido.
Lloran, los olvidados, para curarse la sangre que asoma de la herida. Buscan el cuchillo —nuevamente— para agrandar el dolor, para matar las ganas de volver a morir.
Yo también me evadí.
Muy a mi pesar, sí...
Qué fuerte... Como es la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pura realidad.
ResponderEliminarAbrazos.
Como una innata maldición…
ResponderEliminarBsoss y feliz tarde, Antoni.
Bom dia meu querido amigo. Obrigado por visitar o meu blog e pela sua mensagem. Aproveitei para ser seguidor do seu blog e lhe fazer o convite de seguir o meu. Grande abraço e muita saúde para você e sua família.
ResponderEliminarEsas lineas del dibujo reflejan la tristeza del momento ..
ResponderEliminarGracias por tu visita ..
Un saludo.
Cuando algo nos supera y nos vence.
ResponderEliminarMil besitos y feliz día.
Unas letras llenas del dramatismo que estamos viviendo, la imagen, que me ha gustado mucho, también lo refleja.Saludos
ResponderEliminarPara matar las ganas de volver a morir, wácale
ResponderEliminarNo sabia que eras tú el de Instagram, me llamó allí la atención tu dibujo, muy de descifrar, muy tuyo
Besitos
Es brutal este texto, impresionante...
ResponderEliminarUn abrazo.
"Sentir la miel que desprende el arroyo del olvido..." Envidiable verso, Antony. Inquietante relato.
ResponderEliminarTodo parece volver, civilización tras otra.
ResponderEliminarVersos bellos, en su nostalgia y desesperación.
Saludos, Antoni!
Matar las ganas de volver a morir... Un deseo que se alimenta de cualquier modo, atendiéndolo o desoyéndolo. ¿Un deseo inevitable?
ResponderEliminarEvadirse seguramente responde al instinto de supervivencia.
Un abrazo
Intenso texto. Saludos Antoni.
ResponderEliminarNo sé quien eres pero muchas gracias por pasar por mi blog y comentar .Un saludo
ResponderEliminarEl planeta es un enorme cementerio y poco más.
ResponderEliminarQué intensas tus palabras Antoni, llegan como una voz potente,.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Impresionante y real texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que nuestra civilización se muerde la cola encerrada en un círculo destructor desde hace tiempo, Antoni.
ResponderEliminarTambién me evadí, pero ahora todo me concierne.
Un texto contundente y bello en su forma, aunque terrible en su contenido, que invita a la reflexión individual y a la acción colectiva.
Un beso,
Madre mía es que no sé ni qué poner. He terminado de leer el texto y se nota la rabia, angustia e ira -bueno al menos eso percibí-. Simplemente brutal, en serio este texto es uno de los que más me ha gustado
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